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relacion del hombre con el mundo

Así, conforme una cultura va madurando y se marcha realizando más complicada, parece querer abandonar paulatinamente su dependencia de la naturaleza, esto es, del orden de lo “físico”. Desde el momento en que el hombre empezó a jugar con la naturaleza con el fin de satisfacer sus pretensiones básicas, desencadenó un desarrollo de transformaciones para mejorar su calidad de vida y tener un avance ascendente. El mismo Durkheim exhibe c�mo es concebida la sociedad sin indicios de la complejidad que en realidad tiene. Los grandes inventos y conocimientos asombrosos que se vieron en la modernidad, fueron producto de la racionalidad y rigurosidad de los m�todos empleados por los cient�ficos e intelectuales actualmente, pero gracias a la escisi�n y fragmentaci�n que se hab�a realizado del hombre, desechando adem�s su parte espiritual, es que �stos no dejaron ver al hombre y a la tierra hol�stica y dial�cticamente. Bastante ser� el avance en la medicina, la biolog�a, la qu�mica o la f�sica, pero tambi�n grande ser� el retroceso de la Humanidad en su relaci�n de pares con la naturaleza y grande ser� el reto del hombre para alcanzar la plena madurez. El valor en s� mismo no es posible verlo ni tocarlo, por ende es requisito que �ste se materialice de determinada manera a fin de que logre ser percibido por los sujetos.

Quizá el síntoma más belicoso del COVID-19, que es no dejar respirar a la persona que lo contrae, es una cruel metáfora para entender de qué manera hemos nosotros también asfixiado al planeta desde el instante en que iniciamos nuestra expansión en como Homo sapiens. Quizá ahora sí estemos dispuestos a ofrecerle el respiro que merece, y a iniciar una exclusiva relación de armonía y respeto con la naturaleza. Hoy en día la mujer ha roto con varios tabúes y ordenes sociales del pasado, y de una manera progresiva ha pasado a ocupar un lugar importante y de gran relieve en la sociedad. En nuestro tiempo, varias personas piensan los estudios de género como algo encauzado a destruir familias o promover la competencia y la lucha encarnizada entre hombres y mujeres.

La Relación Estética Del Humano Con El Mundo

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Las aportaciones de las ciencias fueron de hecho sorprendentes, pero en lo referente a las obtenidas de las ciencias naturales y habitualmente en las ciencias humanas, �stas se vieron asentadas en ensayos que involucraban a seres vivos representando su muerte y en muchas ocasiones el padecimiento antes de �sta. En �escasas recientes en Rusia se edific� un monumento a los perros, por la proporción de ellos que se hab�an sacrificado y torturado en los experimentos de Pavlov, el profesor de la psicolog�a conductista. No obstante y gracias a la novedosa estructura cognitiva del hombre, alcanzada a trav�s de la racionalidad, es que el desenlace del siglo XIX ve con acierto c�mo la Humanidad misma, tiene como función generar las conciencias que retomar�n bajo una fuerte cr�tica, nuestro accionar del hombre, retomando puntos olvidados de un pasado filos�fico y reflexivo.

Mundo

Tal manejo de los t�rminos tambi�n fue extensivo para otros acu�ados durante las conquistas a los distintos continentes, como fue el caso de la palabra \’indio\’. Se�alaron con esto que s�lo lo aportado por los europeos merec�a el reconocimiento, no s�lo de los saberes, sino de toda forma de vida, situaci�n que se vive aun el día de hoy d�a . Como bien se�ala Morin , si bien el hombre es en todas partes potencialmente Homo sapiens, el occidentecentrismo niega al unísono la condici�n de hombre totalmente adulto y razonable al \’retrasado\’. El pensamiento utilitarista sintetiz� la concepci�n materialista de la verdad en la frase \’lo �til es bueno\’, llevando el valor utilitario al chato de mantener que las cosas y los seres humanos pod�an ser buenos o pésimos en su calidad de beneficio para los hombres. En este contexto, el hombre ordinario, independientemente a la clase popular a la que pertenezca, se relaciona con su medio y con los otros de una manera totalmente operativa, proporcionado su conciencia solamente una dimensi�n instrumental del mundo, convirti�ndose as� en orientaci�n teleol�gica y condici�n existencial, sin permitir la comprensi�n de las cosas y del mundo . A tal grado lleg� y se instal� la importancia de la posesi�n de las cosas, que las ideolog�as tradicionales, introduciendo la cat�lica, reconocieron personalidad jur�dica exclusivamente a los poseedores.

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La ciencia se separa epistemol�gicamente de los saberes hasta el momento construidos, consecuencia de su ontol�gica percepci�n de la verdad. Watson sostuvo que si la psicolog�a aspiraba a ser una ciencia \’verdadera\’, ten�a que mudar sus m�todos y estudiar a los individuos en funci�n de su comportamiento. Para que se pudiera constituir en ciencia, sus datos deb�an ser objetivos, sujetos a comprobaci�n y cuantificaci�n . Durkheim lleva este planteo hasta las sociología, puesto que para �l, las instituciones sociales estaban formadas en su integridad de generaciones anteriores y los investigadores no ten�an nada que ver con , por ende el m�todo de interrogaci�n te�rica, no ayudar�a en nada a descubrir las causas de su formaci�n. La explicaci�n sociol�gica consist�a exclusivamente en entablar relaciones de causalidad, se tratase de conexionar un fen�meno con causa o, por el contrario, una causa con sus efectos �tiles.

Caracter�sticas �stas y eficazmente trabajadas, fueron las id�neas para que el sistema econ�mico abarcara todas las esferas humanas, desterrando todo rastro de valores humanos en , permiti�ndole as� a �ste, desarrollarse hasta los alcances que el día de hoy d�a est�n presentes con el neoliberalismo. El medio ambiente en lo que se refiere a objeto de valor de cambio fue esencial para este sistema, pero en cuanto a valor de empleo y valor en s� mismo fue desposeído de toda prioridad y trato consecuentemente. Todo el que misticismo de las etnias campesinas en el trato con su tierra, no s�lo se observ� como retr�nivel y opuesto a la l�gica del mercado, sino obst�trasero a los intereses mercantiles de la clase capitalista. Con total acierto Jean-Henri Fabre a finales del siglo XVIII y principios del XIX diferenci� el intelecto que razona de la ordinaria; la primera meditando al objeto en un por qu� a un para qu� y la segunda �en expresiones del autor-, como instinto ciego, mec�nico y también inmediatista . Más allá de que Fabre aun no precisa la constituci�n de la conciencia del sujeto, deja sentar las bases para la diferenciaci�n de los distintos géneros de individuos o papeles que toma, o sea, no ser� la misma actitud y estructura cognitiva del sujeto que inspecciona de aquel que efectúa actividades cotidianas. Esto permiti� establecer un rigor cient�fico para la construcci�n de conocimiento, pero tambi�n dio paso a la descalificaci�n de todos y cada uno de los saberes logrados por comunidades diferentes y con m�todos propios de su tradici�n.

El abordaje te�rico que se realizar� de la relaci�n del hombre con la naturaleza en el presente alegato, entender� la era del Rompimiento desde su andamiaje onto-epistemol�gico y axiol�gico, intentando de argumentar los cambios que llev� a la Humanidad a una interacci�n distinta con su medioambiente a la sostenida hasta esos instantes hist�ricos, derivados de la percepci�n que de s� mismo ten�a y de la vida. As� mismo, esta visualizaci�n ser� primordial para la comprensi�n de las condiciones actuales de la relaci�n del hombre con la naturaleza y consigo. Resumiendo, los estudios etnobotánicos tienen relación con la totalidad de funcionalidades que las plantas desempeñan en una cultura. Los usos de las plantas, tal como las interrelaciones del hombre con ellas son un producto de la historia, en donde intervienen los medios físico y popular, aparte de las características inherentes a las plantas.

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Los valores comunitarios y solidarios que los individuos como sujetos sociales profesaban, hab�an transitado a valores pr�ctico-utilitarios, asumiendo la forma monetaria y de posesi�n de bienes. En este momento se trataba de pensar el planeta y a los individuos como medios para la obtenci�n de las riquezas materiales, llegando al radical del fetichismo del dinero y de las mercanc�as. Sin embargo en todo este ámbito simplista y materialista, la misma Humanidad se encarga de generar las considerables conciencias cr�ticas y reflexivas que denunciar�n los estragos que el ser humano hacía consigo y con la naturaleza. El hombre hab�a transitado de observarse un ser para la otra vida, determinado por fuerzas m�s all� de su viable explicaci�n y decisi�n, a un sujeto escindido entre su ser y su quehacer. El mundo de la vida se hab�a materializado en la raz�n y el empirismo como dos enormes fuerzas que sustitu�an al dios celestial por el dios terrenal y materializado en sistemas econ�micos acordes a los nuevos requerimientos de la sociedad y del tan ansiado avance como forma de evoluci�n humana.

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  • El manejo ideol�gico de la clase dominante ha predeterminado ciertos significados de los t�rminos, para con ello calificar, tanto acciones como seres humanos.
  • De nuevo la separaci�n del hombre con el fin de estudio no solo como forma natural de actuar, sino más bien pensada que se requiere para el saber verdadero.

No obstante –y éste semeja ser el núcleo problemático–, tecnosfera y biosfera parecen incompatibles, ya que el avance de la tecnosfera se hace a costa de la merma de la biosfera, lo que nos sigue situando en la senda del avance insustentable. En esta concepción de todo el mundo, el problema de la sustentabilidad se edifica desde una mirada temerosa ante la naturaleza, que pasa de ser ese enorme almacén del que podemos obtener a nuestro antojo la materia prima para alcanzar el confort, a un monstruo con la paciencia agotada que parece haber hallado el instante de vengarse de nuestra especie humana. La tecnología, por su parte, es la herramienta física y conceptual que deja crear un “nuevo planeta”, el artificial, de suerte que la distinción natural-artificial es una extensión de la contraposición biosfera-noosfera.

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Autor: Equipo de redacción, antonio1095 antonio1095.
Fecha de publicación: noviembre 27, 2020.

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