Más absoluto Pasado por alto Respuesta Para La Ciudad De Mexico Obra De Juan O’gorman

la ciudad de mexico obra de juan o’gorman

Entre sus obras de caballete resaltan Recuerdo de los remedios, La ciudad de México y Autorretrato, y sus murales todavía enriquecen inmuebles públicos y privados. Dentro de sus obras más representativas, el Centro de Bellas Artes y Literatura destacó su autoría en el mural de Biblioteca Central, en Ciudad Universitaria; la construcción del nuevo edificio del Banco de México y sus contribuciones a la urbanización de la zona del Pedregal, al sur de la Localidad de México. La construcción fue una obra revolucionaria, se trataba de una casa servible con elementos vanguardistas. La intención de O’Gorman con su diseño era enseñar lo que para debía comprenderse por arquitectura moderna, incorporando superiores transparencias y una comunicación entre el exterior e interior, tal como pintura y guardapolvos en las pareces, tomados de la arquitectura popular. De ahí que no es de extrañar que entre sus obras las obras de Juan O’Gorman en la CDMX más importantes mencionemos su triada de casas estudio. Juan O’Gorman trabajó de manera exitosa como arquitecto, pero al notar su conversión —no premeditada— como contratista, y al estar en desacuerdo con la comercialización de su profesión, decidió cerrar su estudio para dedicarse de lleno al avance de su vocación como artista plástico. En 1972 recibió el Premio Nacional de Artes por su aportación al arte, la pintura y la arquitectura.

Ciertas casas construidas poco mencionadas son las que efectuó para Manuel Toussaint, Francisco Bassols, Luis Enrique Erro y Julio Castellanos. Sin embargo fueron considerablemente más los proyectos que han quedado plasmados solo en planos y en fabulosas perspectivas. La salón oval de su casa se encontraba conformada por una bóveda o cueva natural generada por la erupción del volcán Xitle. CIUDAD DE MÉXICO. El final de año recibí año un gran obsequio, la espléndida publicación realizada por el viejo banco BITAL sobre Juan O\’Gorman.

Biblioteca Central De Ciudad Universitaria

El volumen vertical presenta en su base una franja de vidrierías que aguanta visualmente el desarrollo de los grandes murales que cubren los diez escenarios del edificio, símbolo de modernidad y de integración plástica. Juan O’Gorman entiende a la pintura mural como una elemento de diseño en el desarrollo arquitectónico resultado del análisis de un contexto y un tiempo específico que puede tocar temas sociales, políticos y económicos para comprender a la arquitectura como un desarrollo que traza un camino para proseguir transitando. Desde 2018 este edificio está desalojado y ha sido una incógnita cuál será el destino de sus murales. Tanto que le adquirió la otra mitad del lote y le solicitó que edificara 2 casas estudio (una para él y otra para Frida Kahlo). Seguramente ahora has pasado durante más de uno de estos edificios que resguardan sus murales y legado pictórico. O’Gorman nació en el barrio de Santa Catarina en Coyoacán, y siempre y en todo momento tuvo muy presente el arte en su historia, ya que su padre era un pintor de origen irlandés.

También mantuvo una relación amistosa con Frida Khalo durante muchos años hasta su muerte en 1955. Esta revelación de nuestro andar por el tiempo comienza en el muro norte que enuncia la historia de las culturas prehispánicas y detalla tanto valores como símbolos y escenas representativas como la fundación de Tenochtitlán.

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Una de las obras arquitectónicas más simbólicas de O\’Gorman es la Casa azul donde habitaron Diego Rivera y Frida Khalo, además de la Biblioteca Central de Ciudad Universitaria. Al final el muro poniente detalla la época en donde se funda la Universidad con el propio escudo marcando de esta manera el inicio de una nueva etapa en la historia nacional basada en la ciencia, la cultura, el deporte, etcétera. Más tarde, el costado oriente enmarca la modernidad mexicana interpretada por la Revolución así como los adelantos científicos que plasman al átomo como principio generador de vida y nuevamente hace aparición la dualidad pero esta vez con los astros del Sol y la Luna. Otro de los famosos murales de Juan O’Gorman en la CDMX está en el Museo Nacional de Historia, en el Castillo de Chapultepec.

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Aunque empezó como una actividad lúdica en sus momentos de ocio, la pintura se transformó de a poco en la ocupación habitual de O’Gorman. Mediante su obra pictórica, donde intercala elementos realistas y fantásticos con alto grado de detalle, refleja sus inquietudes sociales y nacionalistas. Entre sus obras de caballete resaltan Monumento fúnebre del capitalismo industrial , La Localidad de México yAutorretrato. Entre 1925 y 1926, habiendo concluido sus estudios universitarios, O’Gorman recibió el encargo de efectuar una sucesión de murales decorativos en algunos establecimientos de la región. Se dice que el trabajo realizado en la pulquería Los Fifís le valió alguna popularidad que, a su vez, derivó en su asignación como instructor no numerario de la entonces recién construída Escuela Técnica de Profesores del Instituto Técnico Industrial.

Amigo y colaborador de Diego Rivera, lo apoyó en el emprendimiento de rescate de la herencia artística ancestral mexicana y, entre 1944 y 1945, diseñaron el Anahuacalli, (la casa del Anáhuac), edificio dedicado a proteger y exhibir entre las compilaciones de piezas precolombinas más grande de México, reunida por el muralista. Situado en la delegación Coyoacán e inspirado en los teocallis, este edificio fue construido con piedra volcánica.

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Desgraciadamente, los murales de O’Gorman y de los otros artistas no tuvieron una aceptable vida. Y aunque tuvieron una rehabilitación, volvieron a verse perjudicados durante el 19S de 2017. De 1932 a 1934 trabajó como arquitecto creando al menos tres docenas de academias primarias y técnicas para la incipiente Secretaría de Educación Pública. Atraído poderosamente por la corriente funcionalista, que buscaba la satisfacción de las necesidades funcionales y el máximo aprovechamiento de los elementos económicos y materiales, O’Gorman concebía la arquitectura como una adaptación a las exigencias sociales. Así, las obras se caracterizaron por el empleo de cemento armado, exteriores asimétricos y una incesante búsqueda de aire y luz. El arquitecto compró unos terrenos que eran de un club deportivo en San Ángel para “una construcción donde la manera fuera absolutamente derivada de la función utilitaria”.

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Su padre, ingeniero químico, había sido contratado para trabajar en una mina en aquella ciudad. La familia vivía en una casa habitada en el camino entre la localidad de Guanajuato y la Presa de la Olla. Semeja ser que el volcán del Xitle trazó un camino en El Pedregal de San Ángel para que las utopías de la modernidad comenzaran a materializarse sumergidas entre una vegetación muy representativa de la región.

Hijo del pintor irlandés, Cecil Crawford O’Gorman y de Encarnación Moreno, fue hermano del historiador Edmundo O’Gorman. En los años veinte estudió pintura en la Academia de San Carlos y Arquitectura en la Universidad Nacional de México. O´Gorman trabajó incansablemente hasta 1970, año en el que se retiró de la arquitectura y el muralismo para dedicar su tiempo a la pintura de caballete.

• Esta revelación de nuestro andar por el tiempo empieza en el muro norte que enuncia la narración de las etnias prehispánicas y describe tanto valores como símbolos y escenas representativas como la fundación de Tenochtitlán.
• Posteriormente, el costado oriente enmarca la modernidad mexicana interpretada por la Revolución tal como los adelantos científicos que plasman al átomo como principio generador de vida y de nuevo aparece la dualidad pero esta vez con los astros del Sol y la Luna.

Juan O´Gorman murió en su casa de la CDMX el 18 de enero de 1982; y dejó un legado arquitectónico y pictórico que ayudó a determinar la arquitectura mexicana del siglo XX. En 1929 construyó la primera casa funcionalista de México en el barrio de San Ángel; y dos años más tarde empezó la construcción de la casa-estudio que habitaron Diego Rivera y Frida Kahlo. Efectuó sus estudios en la Escuela Nacional de Arquitectura; y, al tiempo, trabajó en la oficina del arquitecto Carlos Obregón Santacilia, quién se considera uno de los primeros arquitectos modernistas de México. Tan única era, que Diego Rivera le redacta que su casa es una «especie de semilla que puede fructificar y ofrecerle a México una arquitectura de valor nacional y regional, que lo va a hacer a famoso en el momento en que ya no viva».

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Créditos & citaciones.

Autor: Equipo de redacción, antonio1095 antonio1095.
Fecha de publicación: mayo 3, 2020.